Tras lo que había dicho, nos
quedamos unos minutos, que parecieron eternos, en silencio, hasta que
finalmente, noté como Jace sonreía entre triste y alegre, por algo de lo que
supuse que había pensado, y esta vez, era él quien alzaba mi rostro colocando
su mano en mi barbilla y me hacía mirarlo a los ojos. Acarició con su otra mano
mi cabello, colocando unos mechones rebeldes detrás de la oreja… después su
mano se deslizó por mi mejilla y mi rostro acariciándolo con suavidad con la yema
de los dedos y tocando mis labios con sus dedos. Sentí el suave tacto de su
piel que hacía que la mía se electrificase… y un pequeño escalofrío me recorrió
todo el cuerpo.
-Mi nefilim- susurró en un idioma
que no entendí y muy lentamente, acercó su rostro al mío con lentitud,
observando mis ojos y mi reacción antes de posar suavemente sus labios en los
míos.
Una sensación de absoluta
felicidad me llenó por dentro cuando sentí el tacto de sus labios contra los
mios… era una sensación tan calida y a la vez tan agradable que me hizo sentir
como si fuera suave y liviana y pudiera volar… Sus labios, duros pero suaves al
mismo tiempo, parecían acoplarse perfectamente a los míos… y sus manos no
dejaban de acariciar mi cabello y mi rostro como si de una muñeca de porcelana
fuera y pudiera romperme. El contacto fue tan calido y suave que cuando nos separamos, me había
olvidado completamente de cómo se respiraba… Nuestros labios humedecidos se
separaron unos instantes y yo pude recuperar el aliento… aunque sentía la
necesidad de volver a juntar sus labios con los míos.
Pude ver, como Jace entreabría la
boca, como si quisiera decirme algo, pero que la cerraba y se mordía sus
perfectos labios… Yo, no pude resistirlo y volví a juntar nuestros rostros,
haciendo de nuevo contacto sus labios con los míos y llenándome de nuevo de la
anterior sensación de felicidad. Podría tirarme todo el día besándolo que nunca
me cansaría de ello y negaría un beso de él. Esta vez, el beso no fue tan dulce
y lento, sino que tomó un poco mas de velocidad, entreabriendo nuestras bocas y
jugando esta vez con nuestras lenguas… Mis manos acariciaban su cabello y el
cuello de su camisa, entreabriéndola y acariciando su cuello con mis manos,
pasándolas por el y bajándolas hacia su torso, acariciándolo por encima de la
camisa fina blanca que llevaba. Las manos de Jace bajaron por mi espalda hasta
colocarse en mi cintura, aferrándome contra el con fuerza haciéndome sentir el
calor que despedía su piel. Mientras su boca bajaba lentamente por mi rostro
hacia mi cuello, mi mano había comenzado a quitar muy lentamente los botones de
su camisa. Mientras los desabrochaba, me pareció observar unas marcas que
parecían de color oscuro que había en su piel, pero estaba tan absorta
sintiendo el roce de sus labios que no me di cuenta de ello. El contacto de sus
labios húmedos y carnosos contra la piel de mi cuello, hizo que esta se erizase
y me hiciera soltar un pequeño suspiro de placer. Jace me besó dulcemente el
cuello y dejó durante un tiempo sus labios en él mientras cogía mis manos con
las suyas y entrelazaba nuestros dedos con una de sus manos y con la otra se
abotonaba de nuevo los tres botones que le había desabrochado.
Yo respiré de forma entrecortada
mientras oía como Jace parecía hablar en voz muy baja.
-Clary, recuérdame- susurró
finalmente Jace en un tono más normal de voz y como si fuera una súplica.
No sabía que decirle, así que lo
único que se me ocurrió fue acariciar su cabello y pasar mis manos por encima
de él abrazándolo. Jace sonrió ante tal gesto y cerró los ojos durante un par
de minutos… relajándonos en aquella habitación. En mi mente no dejaba de
repetirme las palabras que había dicho Jace… recordar ¿Qué era lo que tenía que
recordar?
Los minutos pasaban y en mi fuero
interno pensaba en mi familia… esperaba que no se asustara al no verme en casa…
mire el reloj y aunque no deseaba marcharme de donde estaba, sabía que había
llegado la hora de volver a casa.
No se si Jace me leyó la mente o
que fue lo que pasó, pero se separó de mí y se levantó del sofá. Me tendió una
mano mientras me sonreía con esa sonrisa suya característica y que tanto me
atraía.
-Sera mejor que te acompañe a
casa. No quiero que Jocelyn y Luke se preocupen - lo miré absorta. ¿Cómo el
sabía como se llamaban mis padres? Al ver mi cara interrogante me volvió a
hablar- ¿Qué sucede Clary?
-¿Cómo sabes cómo se llaman mis
padres?- le pregunté entre temerosa y extrañada… no recordaba habérselos
nombrado
El sonrió con tristeza y me cogió
la mano levantándome del sillón. Acarició mi cabello con dulzura y me colocó su
chaqueta encima de mis hombros para que no me diera frio. Mientras me la ponía
pude ver que dudaba en responderme.
-Sé mas cosas de ti de lo que te
imaginas Clary. – respondió acariciando mi mano y entrelazando nuestros dedos.
Lentamente caminamos hacia la puerta y salimos de allí en dirección mi casa.
Lo seguí absorta, dejándome guiar
por el tacto de su mano que sostenía la mía mientras el me conducía hacia casa.
Por el camino me contó cosas que sabía sobre mí. Me gustaba pintar, tenía un
hermanito pequeño y un pastor alemán, mi padre se llamaba Luke aunque no era mi
verdadero padre, y había sido antes de ser la pareja de mi madre su mejor
amigo, mi madre le gustaba también pintar al igual que a mí… y muchas otras
cosas, algunas tan intimas que jamás pensé que fuera a conocer él; aunque nunca
me dijo como lo sabía. Cuando le pregunté si me había estado espiando o algo
parecido, el rió ante tal pregunta y negó con la cabeza.
-No Clary. Ya lo recordaras… poco
a poco haré que te acuerdes.- respondió mientras me daba un beso en la cabeza y
yo me daba cuenta de que ya habíamos llegado hasta mi casa. Se acercó hasta la
puerta y llamó dos veces al timbre. Esperó sujetando mi mano entre las suyas
hasta que Luke abrió. Al verme, el rostro de Luke cambió entre enfadado y
aliviado…
-Clarissa! Por fin, nos tenías un
poco preocupados- dijo estrechándome entre sus brazos con fuerza. Yo no supe
que decirle, únicamente continuaba agarrada de la mano de Jace y era abrazada
por mi padre.- pensaba que te había pasado algo en el incidente que ha ocurrido
en el Pandemónium
-No te preocupes Luke. No le ha
pasado nada, no estábamos en la zona cuando sucedió- respondió Jace a Luke como
si lo conociera de toda la vida. Lo miré interrogativa. ¿Qué era lo que había
sucedido en el Pandemónium? ¿Por qué Jace había hablado a Luke como si lo
conociese de toda la vida?
Luke giró al oír la voz de Jace y
me soltó. Giró el rostro y observó a Jace…
-Tú… - fue lo único que dijo Luke
al ver a Jace
- Sí, soy yo.- respondió Jace
como si fuera evidente… pero había algo en la mirada de ambos que me hizo ver
que se conocían desde hacía tiempo. – me llamo Jace Wayland y soy compañero y
amigo de su hija en el instituto. Es un placer conocerte, Luke.- dijo dándole
la mano a Luke y estrechándosela.
Ambos se quedaron mirando durante
un largo rato hasta que finalmente Jace asintió con la cabeza y se volvió hacia
mí.
-Clary, ha sido una agradable
noche, pero será mejor que me vaya ya. Es
bastante tarde y tienes que descansar- me dio un beso en la palma de la
mano y sonrió con esa sonrisa suya atrayente.- nos vemos. El lunes me das la
chaqueta, no me corre prisa- me dijo cuando fui a darle la chaqueta que me
había dejado antes.
-Nos vemos, hasta el lunes- le
respondí sonriéndole. Luke asintió con la cabeza y se metió de nuevo en casa.
-No tardes mucho Clary- dijo
antes de entrar.
Observé a Luke y luego de nuevo a
Jace, que se había quedado mirando como entraba Luke en casa.
-¿Tampoco puedes decirme de que
lo conoces verdad?- le pregunté una vez se fue Luke.
-Lo siento Clary- dijo Jace tras
mostrar su sonrisa carismática.
Se acercó a mí y me besó con
lentitud en la mejilla y seguidamente en los labios durante unos segundos. Me
quede paralizada ante su acción y de lo único que fui capaz, fue de mover
ligeramente mis labios y presionarlos contra los suyos.
-Que descanses Clary. Esta noche
estás hermosa, aunque bueno… tú siempre lo has estado - susurró como si se
tratase de un hecho reconocido, como si fuera lo normal en mí.
Volví a sonrojarme ante lo que
había dicho.
-Hasta mañana- fueron las únicas
palabras que salieron de mi boca.
El volvió a sonreírme y me dio un
último beso en la mejilla antes de darse la vuelta y echar a caminar…
Yo me quedé observándolo durante
un tiempo más antes de entrar en casa y tras darle un beso de buenas noches a
Luke irme a mi habitación. Dejé la chaqueta de Jace en el respaldo de la silla
y tras desmaquillarme y cambiarme de ropa, me acosté pensando en todo lo que
había sucedido esta noche… hasta que finalmente, me quedé dormida.
1 comentario:
Ya sabes que me ha encantado, Dios, esos besos que se dieron, casi se me cae la baba sobre el teclado jaja, de verdad escribe que sabes que me gusta.
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