Capítulo 8

Unos dedos acariciaban mi cabello cuando comencé a abrir los ojos. Miré a la persona a la cual pertenecían esos dedos y observé su perfecta sonrisa. Mi cabeza estaba apoyada en sus piernas y yo descansaba acostada en lo que parecía ser un sofá. Jace… era él, pero el lugar, ya no era el de antes. ¿Acaso todo había sido una pesadilla? Volví a mirar a Jace y observé su rostro, tenía una pequeña herida en la mejilla derecha… no, no había sido ninguna pesadilla.

-¿Cómo te encuentras Clary?- me preguntó con dulzura dejando de acariciarme el pelo para que pudiera levantarme sus rodillas.

Lentamente lo hice y me quede mirándolo mientras me apoyaba con ambas manos en el sofá, por si me caía de nuevo… aun me sentía débil y mareada pero ya no me dolía el pecho.

-Bien. Gracias por rescatarme Jace- susurré con timidez.

-Lamento todo lo que ha pasado antes- respondió este con un tono entre apenado y furioso. Vi como apretaba sus puños con fuerza. Cogí la mano que tenía cerrada con fuerza y la apreté contra mi rostro en señal de que todo estaba bien.

Giré la cabeza mirando donde nos encontrábamos… era un salón enorme, con las paredes pintadas en un tono amarillo claro, y las telas eran de un color grisáceo… parecía un apartamento… ¿acaso vivía solo aquí Jace? ¿O vivía con alguien? Me quede mirando la puerta esperando que alguien entrara, aunque no lo deseaba en realidad ya que quería pasar más tiempo con él a solas. Bajé la cabeza hacia mi ropa y pude comprobar cómo milagrosamente no me había manchado el vestido… Suspiré aliviada y Jace alzó una ceja de forma interrogativa.

-Pensé que me había manchado el vestido, con lo que me gusta, tenía miedo de eso- le dije sonriéndole al final. Jace sonrió con dulzura y un brillo en sus ojos se hizo presente, algo extraño ya que no sabía el porqué de eso, además miraba el vestido como si fuera añoranza… como si lo hubiera visto antes.

-Es un vestido realmente hermoso y te queda muy bien. Estas preciosa- contestó finalmente haciéndome sonrojar ante tal dulces palabras.

-Gracias…- el tono de mis mejillas se había vuelto rojo y me tapé con las manos para que Jace no me viera así.

Volví a oírlo reír y su mano acarició mis cabellos con delicadeza y dulzura… jamás había pensado que un chico como él pudiera ser al mismo tiempo tan dulce.

Los recuerdos de lo que nos había sucedido me volvieron a la mente y durante un instante dudé en preguntarle por lo que había sucedido. Había sido tan extraño…

-Jace ¿Qué fue lo que sucedió antes? ¿Qué eran esas cosas? ¿Por qué me llamaron cazadora de sombras?

Jace dudó antes de responderme y se quedó durante un tiempo pensativo mirando mi rostro de una forma que parecía que no entendía mi comportamiento.

-¿No recuerdas lo que son Clary? ¿No recuerdas nada relacionado con ellos? ¿No te recuerda nada la palabra cazador de sombras?

En el rostro de Jace se podía ver reflejado algo de horror ante mi negación. Después lo oí reír pero con tristeza… nunca lo había visto así.

-Ya veo… entonces es cierto. Lo has olvidado todo….- confesó finalmente y bajó el rostro tratando de no mostrarme su tristeza. Acaricie su rostro con mis manos alzándolo y haciendo que me mirase fijamente a los ojos. La herida que había visto antes en su mejilla derecha ya no estaba… era algo increíble.

-¿A qué te refieres Jace? ¿Qué es lo que he olvidado? ¿Qué tendría que recordar? Por favor, cuéntamelo- supliqué acariciando su rostro con mis manos con suavidad.

El negó rápidamente y colocó sus manos encima de las mias presionándolas contra su rostro.

-Lo siento Clary, pero no puedo decírtelo… lo tienes que recordar por ti misma. Si no, será mucho peor- respondió lentamente y de una forma que demostraba lo furioso que se sentía al tener que decirme esas palabras- creeme cuando te digo que me encantaría  decírtelo, pero no puedo.

Lo observe durante largo rato, mirando su tristeza y tratando de entender a que se refería… Quería que me lo dijera, no entendía nada de lo que sucedía y deseaba saber que era lo que estaba sucediendo… tenía todo el derecho del mundo a saberlo, pero aquella mirada… me hizo callarme y no preguntarle nada más.

Apoyé mi cabeza en su pecho de nuevo y cerré los ojos respirando el aroma que había en la sala.

-Solo quiero saber una cosa más… ¿Estoy a salvo ahora?

Otra vez, Jace volvió a dudar antes de responderme y me aferró con fuerza contra el cuando finalmente me respondió. Me apretó con tanta fuerza contra su pecho, como si quisiera introducirme en su interior.

-Sí, estas a salvo Clary. Te prometo… no… te juro que no dejaré que te suceda nada malo. No pienso permitir que te haga daño nada.- sus palabras eran firmes y estaban pronunciadas con fuerza, lo que me transmitió confianza y seguridad al oírlas.

Sonreí ante sus palabras y suspiré cerrando de nuevo los ojos.

-Gracias Jace. No te conozco de nada o al menos no lo recuerdo, pero siento como si estando contigo todo se fuera, todo lo malo desapareciera… como si fueras un angel venido del cielo que ha acudido a protegerme…- declaré sonrojándome y agachando mi rostro para que no me viera. Las palabras habían salido de mi boca sin poder evitarlo, y pude observar como Jace abría unos instantes su boca para después cerrarla… como si hubiera pensado decirme algo.